Con un adulto o con un niño de más edad, para
las que no está preparado evolutivamente y en las cuales se establece una
relación de sometimiento, poder y autoridad sobre la víctima.
Las formas más comunes de abuso sexual son: el
incesto, la violación, la vejación y la explotación sexual. También incluye la
solicitud indecente sin contacto físico o seducción verbal explícita, la
realización de acto sexual o masturbación en presencia de un niño y la
exposición de órganos sexuales a un niño.
El maltratador habitualmente es un hombre (padre,
padrastro, otro familiar, compañero sentimental de la madre u otro varón
conocido de la familia). Raramente es la madre, cuidadora u otra mujer conocida
por el niño.
Otro tipo de maltrato infantil es el llamado Síndrome
de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o
producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos.
Generalmente se trata de un niño en la edad de
lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen
solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso),
son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el
diagnóstico. Este síndrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a
largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y
conductuales.
Además se debe incluir el maltrato prenatal,
definido como aquellas circunstancias de vida de la madre, siempre que exista
voluntariedad o negligencia, que influyen negativa y patológicamente en el
embarazo, parto y repercuten en el feto. Tales como: rechazo del embarazo,
falta de control y seguimiento médico del embarazo, negligencia personal en la
alimentación e higiene, medicaciones excesivas o no prescritas, consumo de
alcohol, drogas y tabaco, exposición a radiaciones, y otras.
En los últimos tiempos se habla de maltrato
institucional, que consiste en cualquier legislación, programa o procedimiento,
ya sea por acción o por omisión, procedente de poderes públicos o privados, por
profesionales al amparo de la institución, que vulnere los derechos básicos del
menor, con o sin contacto directo con el niño.
Cada uno de estos tipos de maltrato infantil
presentan indicadores físicos y conductuales en el menor maltratado, así como
indicadores conductuales y actitudes del maltratador, lo cual ayuda en su
diagnóstico.
Las causas del maltrato infantil
Los estudiosos del tema del maltrato infantil
han tratado de explicar su aparición y mantenimiento utilizando diversos
modelos, así tenemos: el modelo sociológico, que considera que el abandono
físico es consecuencia de situaciones de carencia económica o de situaciones de
aislamiento social); el modelo cognitivo, que lo entiende como una situación de
desprotección que se produce como consecuencia de distorsiones cognitivas,
expectativas y percepciones inadecuadas de los progenitores/cuidadores en
relación a los menores a su cargo el
modelo psiquiátrico, que considera que el maltrato infantil es consecuencia de
la existencia de psicopatología en los padres el modelo del procesamiento de la información,
que plantea la existencia de un estilo peculiar de procesamiento en las
familias con menores en situación de abandono físico o negligencia infantil (,
1993); y por último el modelo de afrontamiento del estrés, que hace referencia
a la forma de evaluar y percibir las situaciones y/o sucesos estresantes por
parte de estas familias En la actualidad el modelo etiopatogénico que mejor
explica el maltrato infantil, es el modelo integral del maltrato infantil. Este
modelo considera la existencia de diferentes niveles ecológicos que están
encajados unos dentro de otros interactuando en una dimensión temporal. Existen
en este modelo factores compensatorios que actuarían según un modelo de
afrontamiento, impidiendo que los factores estresores que se producen en las
familias desencadenen una respuesta agresiva hacia sus miembros. La progresiva
disminución de los factores compensatorios podría explicar la espiral de
violencia intrafamiliar que se produce en el fenómeno del maltrato infantil.
Entre los factores compensatorios se señalan: armonía marital, planificación
familiar, satisfacción personal, escasos sucesos vitales estresantes,
intervenciones terapéuticas familiares, apego materno/paterno al hijo, apoyo
social, buena condición financiera, acceso a programas sanitarios adecuados,
etc. Entre los factores estresores se cuentan: historia familiar de abuso, desarmonía
familiar, baja autoestima, trastornos físicos y psíquicos en los padres,
farmacodependencia, hijos no deseados, padre no biológico, madre no protectora,
ausencia de control prenatal, desempleo, bajo nivel social y económico,
promiscuidad, etc.
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