Consecuencias del maltrato
infantil
Independientemente de las secuelas físicas que
desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual,
todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales,
emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de las estas
secuelas depende de:
- Intensidad
y frecuencia del maltrato.
- Características
del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales,
etc.).
- El
uso o no de la violencia física.
- Relación
del niño con el agresor.
- Apoyo
intrafamiliar a la víctima infantil.
- Acceso
y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo
se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y
en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de
hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias
psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del
hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento
académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo
de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo
generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza,
agresividad, problemas de relación interpersonal.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa
de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto
riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta.
Prevención del maltrato infantil
y actuación del pediatra.
Los pediatras, al ser los profesionales de salud
que están en mayor contacto con los niños, son los llamados a realizar la
prevención del maltrato infantil, además de establecer diagnósticos y junto con
un equipo multidisciplinario colaborar en su tratamiento.
Los pediatras se encuentran en una posición
favorable para detectar niños en situación de riesgo (sobre todo en menores de
5 años, la población más vulnerable), a partir de esta edad los maestros
comienzan a tener un papel principal en la prevención y diagnóstico.
La prevención del maltrato infantil se establece en
tres niveles:
Prevención Primaria: dirigida a la población general con el objetivo
de evitar la presencia de factores estresores o de riesgo y potenciar los
factores protectores del maltrato infantil
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